Un fin de semana cualquiera cuando vivía en Canadá, nos alquilamos un coche 3 amigas francesas, un amiguete inglés y yo, y decidimos irnos hacia el Norte de Quebec sin rumbo...
Al final, tras muchas horas de carretera, acabamos en St. Felicien.
De Montreal a St. Felicien
Y no acabamos aquí por casualidad, no. Queríamos ver el zoo de animales autóctonos canadienses.
Lo más increible que vimos eran los ositos polares, y digo ositos porque parecían inofensivos y entrañables en su piscina jugando, pero al parecer, es el animal más peligroso para el hombre, porque como donde ellos viven no hay mucha comida alrededor, pues cuando ven algo vivo, se lo comen...
Estos no tenían problema, porque tenían sus cuidadores dándoles buenos chuletones verias veces al día.
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